¿Qué ocurre cuando en un mismo espacio juntas buena comida, buen vino y compañía agradable? Que el resto viene solo y las horas pasan sin apenas darse cuenta. Esto es lo que ocurrió el pasado 13 de noviembre en los encuentros clandestinos -en forma de comida y cena- de Beronia en Arallo Taberna, un local transgresor situado en la céntrica calle de la Reina (Madrid) y donde el chef Iván Domínguez, junto a su equipo, elabora una deliciosa cocina gallega actualizada.
Equipo Arallo
Barra de Arallo
En el local esperaba el equipo de Beronia entre los que se encontraba Matías Calleja, enólogo de González Byass, quien se encargó de transmitir a los asistentes la esencia del maridaje que se había planteado, y Juanma Terceño sumiller de la bodega. En total fueron cinco tipos de vinos, cinco estilos diferenciados entre sí, que se ensamblaban a la perfección con las elaboraciones atlánticas de Arallo.
Los cinco vinos Beronia que formaron parte del maridaje
Croquetas de Merluza
Croquetas de merluza y volandeiras agripicantes fueron los platos encargados de recibir a los invitados, entre los que había periodistas reconocidos y especializados en el sector culinario y de estilo de vida, influencers y, en general, profesionales apasionados de la buena gastronomía. Una vez finalizados los saludos, presentaciones y reencuentros pertinentes, y con una copa de Beronia Rueda 2016 en mano, se pasó a la sala clandestina (que no desvelaremos dónde se encontraba) presidida por una larga mesa decorada con una espectacular guirnalda, repleta de hojas otoñales y flores.
Mesa Clandestina
Beronia Rueda 2016
Menú
Fue en este espacio donde se disfrutó del fantástico menú y maridaje, que comenzó con unos ‘mejillones a la brasa’ y ‘percebes a la sal’ acompañados del Beronia Rueda 2016, sabores que transportaban a esos relajados aperitivos frente al mar. A continuación, siguieron el ‘salmonete con encurtidos’ y ‘aguacate con galo pibil’, maridados con el Beronia Edición Limitada 2014, una caricia floral y llena de matices. Unas humeantes ‘empanadillas de choco’ y ‘dumplings de pato con navajas’ continuaron el menú, para los que se sirvió el Beronia Reserva 2012, una combinación perfecta que ayudaba a limpiar el paladar y resaltaba potencialmente los sabores.
Percebes a la Sal
Beronia Edición Limitada 2014
Empanadillas de Choco
Beronia Reserva 2012
Cada elaboración fue presentada por un responsable del equipo Arallo a la que le siguió el comentario enológico de Matías Calleja, explicaciones que dieron mucho más sentido a lo que se presentaba sobre el plato y en la copa. Entre conversaciones que surgían desde todos los puntos de la mesa, llegó el sabroso ‘carabinero y daykon encurtido’ y el ‘pulpo asado con guiso de tendones’ que, por aclamación popular, se convirtió en el rey indiscutible del menú. Llegados a este punto, en el que la intensidad de los platos se hacía mayor, se exigía un vino a la altura y el Mazuelo 2011 lo estuvo. Su elegancia y frescura convirtieron a este maridaje en un sueño de esos de los que nadie quiere despertar.
Matías Calleja
Carabinero y Daykon encurtido
Pulpo Asado con Guiso de Tendones
Beronia Mazuelo 2011
¿Sitio para más? Sin duda, sobre todo si lo que aguarda es Beronia 198 Barricas, rotundo y con presencia, que acompañó una imponente ‘cacheira a la brasa’, presentada entera al comensal y emplatada en directo. El menú se cerró con un ‘cremoso queso de tetilla y membrillo’, más gallego imposible.
Cacheira a la Brasa
Beronia 198 Barricas
Y así, apurando las copas de vino y la conversación, se dio por finalizada la velada clandestina de Beronia, que nos ha dejado recuerdos inolvidables y aprendizajes que, seguro, nos acompañarán siempre. Porque una de las muchas cualidades que tiene el vino es que sirve como nexo de unión entre las personas, acompañando tertulias y gratas conversaciones. Por eso el equipo Beronia propone encuentros como este, donde el vino es el gran protagonista de veladas únicas.